Primeros caribeños miembros de Cooperstown

  • Marichal, Aparicio y Clemente, abrieron las puertas de la inmortalidad. Orgullos del Caribe

El Caribe News / Sur de Florida caibeños

Miami.- Un outfielder completo, de gran bateo y extraordinaria defensiva (Clemente); un lanzador meteórico, con un estilo muy singular que lo inmortalizó (Marichal) y un pequeño genio del guante, con unas velocísimas piernas que lo llevaron a ser la representación en persona del robo de bases (Luis Aparicio). Son los tres primeros latinoamericanos que ingresaron al Salón de la Fama del Beisbol de Grandes Ligas de Cooperstown.

En la mitad del Siglo XX, aún había marcadas manifestaciones de racismo en el ambiente del béisbol de grandes ligas. Los estadios eran el reflejo de la sociedad americana. Si bien se había admitido la presencia de jugadores de raza negra, esto aún no estaba completamente aceptado. Además, algunas otras minorías como los jugadores latinoamericanos sufrían asimismo injustas retaliaciones.

A propósito de eso, contaba Alfonzo Carrasquel, gran conversador, que una vez entró a un restaurante en Chicago y observó un letrero que decía: “No se aceptan ni mexicanos, ni perros”. Él dice que entonces, entró y se sentó a comer porque “Yo no soy ni lo uno ni lo otro”. Así el simpático venezolano, neutralizó y superó aquella monstruosa muestra de discriminación racial.

Esa barrera también fue superada por grandes exponentes de la raza como el propio Chico Carrasquel, Minnie Miñoso y nuestros homenajeados de hoy. El venezolano Carrasquelito ya había sido el 1er jugador latino en participar en un Juego de las Estrellas. Había alcanzado la posición de campocorto regular de los Medias Blancas de Chicago desplazando al mítico Luke Appling.

El Short Stop estrella de los Yankees, era el legendario Phil Rizzuto quien, en una ocasión le dijo a Carrasquelito: “De no haber coincidido contigo, yo hubiera marcado una época entre los campocortos de las Grandes Ligas”. Bueno, estos ejemplos reflejan en forma ligera y jocosa la situación del racismo y la presencia imponente del venezolano Alfonzo Carrasquel.

EL “COMETA DE CAROLINA”

Roberto Clemente (Puerto Rico)
Roberto Clemente (Puerto Rico)

Roberto Walker Clemente nació en Carolina, Puerto Rico, el 18 de agosto de 1934. Se crió en una familia humilde junto a sus hermanos en distintos barrios populares y se aficionó, como muchos otros niños, a la práctica del beisbol. Jugó en Ligas menores con los Dodgers de Brooklyn, pero en el año 1954 fue dejado libre. Así llegó a los Piratas de Pittsburg, equipo con el que estaría desde 1955 hasta 1973 año en que moriría trágicamente en un accidente de aviación. Fue poco después de la fecha de Año Nuevo cuando Clemente se dirigía a Nicaragua a prestar ayuda a los nicas quienes habían sufrido un pavoroso terremoto que dejó en ruinas parte del país.
Clemente terminó su carrera con 3.000 hits. Obviamente esta cifra la hubiera aumentado con algunos cientos de imparables, de no haberse atravesado la fatalidad. Su promedio de por vida fue de 317 en 18 temporadas, todas con los Piratas. Fue el Jugador Más Valioso en la temporada de 1966 y en 1971, el año que su equipo ganó la Serie Mundial, también resultó el Más Valioso del torneo final.

Fue cuatro veces Campeón Bate, en 1961 con promedio de 351; en 1964 con 339; en 1965 con 329 y en 1967 con 357. Es un héroe en Puerto Rico y también en Nicaragua, país al que ayudaba cuando falleció en el accidente. Es considerado el Mejor jugador Latino de Todos los Tiempos (Jugador de Posición). Su exaltación a Coopertown se hizo mediante una ceremonia especial debido a su accidentada muerte. Fue entonces, el 1er Latino en ser exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown.

JUAN MARICHAL UN METEORO DOMINICANO

Juan Marichal  (República Dominicana)
Juan Marichal (República Dominicana)

Juan Marichal nació el 20 de octubre de 1937 en Monte Cristi, República Dominicana. Desde niño destacó por su gran estatura y su fuerza para lanzar la bola con velocidad. Rápidamente fue avistado por los espías de los Gigantes de Nueva York quienes lo llevaron a sus granjas para pulirle esas grandes cualidades. El 19 de julio del 60 debutó con los Gigantes de San Francisco (ya se habían mudado a California) y estuvo con ese equipo durante 14 temporadas en las cuales ganó la mayoría de sus premios y acumuló la mayor cantidad de méritos que lo llevaron a ser exaltado al Salón de la Fama de Coopertown en el año 1983.

Sus dos últimas temporadas las jugó con los Medias Rojas de Boston y con los Dodgers de los Ángeles. Acumuló 243 triunfos en su carrera. Sus topes fueron en 1963 con 25 y 1968 con 26. Ponchó 2.303 bateadores y conservó una efectividad o promedio de carreras permitidas cada 9 innings de 2.89. Su peculiar estilo de lanzar fue imitado por muchos lanzadores para quienes, evidentemente era su ídolo, entre ellos destacó el malogrado venezolano Isaías “Látigo” Chávez.

“GO, GO, LOUIE”

Luis Aparicio (Venezuela)
Luis Aparicio (Venezuela)

Ese era la consigna de estímulo con la cual el público del estadio Comiskey Park cuando el pequeño venezolano alcanzaba la primera base, bien fuera por un sencillo, base por bolas o alguna jugada con la bola en movimiento. Luis Aparicio era tan rápido y afinó de tal forma la técnica del robo de base, que al llegar al primer cojín, la afición le apuraba a que siguiera a segunda. Se comentaba en la afición de los Medias Blancas por aquellos años, que los hits de Aparicio eran prácticamente un doblete debido a su casi abusivo estado de alerta con los rebotes de la pelota en el outfield. Un bote demás significaba que el venezolano ya estaba en la segunda base.

Fueron 9 las temporadas en las cuales Aparicio encabezó el departamento de bases robadas, estableciendo un récord para la época. En total completó 563 robos, marca que durante varios años se mantuvo como el récord de la Liga. Sus 9 Guantes de Oro lo acreditan como el mejor de esos años a la defensiva. Además su asistencia consuetudinaria a los juegos de estrellas le concedieron un status que se corroboró cuando pasó a ser uno de los primeros (y pocos) jugadores que alcanzaron en la época un salario de $100 mil por temporada.

En 1966 alcanzó la serie Mundial junto a grandes de la historia como Frank y Brooks Robinson. La combinación de 2da y 3ra de Aparicio-Robinson se considera una de las mejores de la historia, sino la mejor. Su inclusión al Salón de la Fama vino a culminar en la octava oportunidad (1984), junto a inmortales como Harmon Killebrew y Don Drysdale, desde entonces, ningún otro venezolano ha sido exaltado a Cooperstown.

Se espera por David Concepción (Comité de Veteranos) y Omar Visquel, aún no elegible. Igualmente Miguel Cabrera reúne méritos, aunque todavía tiene lejos el retiro. El inmortal de los Tigres de Detroit, Al Kaline, dijo de Miguelito, recientemente: “si Miguel Cabrera se retirara hoy, ya debería ser exaltado al Salón de la Fama”.

Aparte de Cabrera, deben subir pronto otros latinos como Albert Pujols, Vladimir Guerrero, Juan Gonzáles, recién subieron Carlos Delgado, Roberto Alomar y Felipe Alou. El Comité de Veteranos espera por Concepción y el gran lanzador cubano Luis Tiant. En fin, hace alrededor de 40 años, Clemente, Marichal y Aparicio abrieron el grifo de la inmortalidad para los peloteros latinos en las Grandes ligas.

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